Hace más de año y medio que sigo con
regularidad las publicaciones semanales del escritor madrileño Javier Marías en
el diario El País de España,
artículos que cada domingo abordan temas disímiles, relacionados al
comportamiento humano y a la vida en sociedad, desde una perspectiva siempre
novedosa, en un estilo fresco y directo que conecta inmediatamente con el
lector, como si se tratara de una conversación de café en la que el autor
expone sus peculiares puntos de vista y el receptor se queda con varias ideas
que lo obligan a repensar en los aspectos que trata.
El conjunto de artículos que ha publicado
entre febrero del 2017 y enero del 2019 se han reunido en un volumen de
reciente salida, bajo el título de Cuando
la sociedad es el tirano (Alfaguara, 2019), encabezado de una de sus
columnas que puede considerarse el núcleo central de sus razonamientos, pues es
una constante en el pensamiento del autor aquella tendencia muy en boga hoy en
día de querer dar siempre la razón a lo que exige, quiere o aspira la masa, esa
montonera mayoritaria o minoritaria, según el caso, que busca imponer sus
dictados a partir de lo que se considera como propio del sentido común o de lo
políticamente correcto. La idea aparece en un ensayo del filósofo inglés John
Stuart Mill de mediados del siglo XIX, que el articulista retrotrae a los
tiempos actuales.
Ágil, ameno, incisivo y sin contemplaciones
se muestra el autor cuando desmenuza el asunto que tiene entre manos, sea sobre
fútbol, libros, autores, el independentismo catalán, la infantilización del
mundo, los extremos del feminismo, el franquismo, la entronización de
tiranuelos populistas, etcétera. Se trata de enfocar la realidad desde lo no
pensado, como señala el propio Javier Marías, desde un ángulo de mira que
generalmente se soslaya porque se prefiere el cómodo lugar común de lo
convencional, de lo ya establecido, de aquello impuesto por la tiranía de los
medios y sus agentes sociales que actúan como cajas de resonancia,
especialmente las denominadas redes sociales y su cohorte de esclavos
virtuales.
Los artículos de Javier Marías son una
constante invitación a la reflexión y a la crítica, por lo controversial de sus
juicios, con los cuales podemos estar de acuerdo o no, pero seguramente nunca
nos dejarán indiferentes. De hecho, muchas veces no teme nadar contra la
corriente, cuando pone por encima de todo el soberano derecho a la libertad,
como sucede al tratar asuntos aparentemente zanjados como la prohibición de las
corridas de toros, del consumo del tabaco, la lucha ecologista y otros. Son
temas indudablemente polémicos que el autor recorre desde la otra cara de la
luna, haciéndonos ver los trasiegos de impostura que pueden mostrar hasta los
temas considerados indiscutibles por la sociedad hoy en día.
Es particularmente duro y punzante al
llamar la atención sobre una de las derivas más nefastas de las sociedades
democráticas en muchos países del mundo, especialmente de Occidente, como es el
caso de Estados Unidos, que ha tenido la desdicha de elegir a un presidente
notoriamente ignorante, bruto y fanfarrón, modelo que han copiado con ligeras
variantes la Italia de Salvini, el Brasil de Bolsonaro y la Inglaterra del Brexit. Con lo terrible que ya era el
mundo con un Putin en Rusia, un Orbán en Hungría o un Duterte en Filipinas, la
ola populista no se ha contentado hasta entronizar en los grandes países la
necedad y la zafiedad como formas de gobierno. En el lado español,
especialmente sensible para el escritor, no pasa desapercibido el engorroso
caso del procés, la pretendida y
pretenciosa lucha por conseguir la independencia de Cataluña, impulsada por
nombres no menos odiosos que los anteriores: Puigdemont, Torrá, Forcadell.
Como buen observador de la condición
humana, desmenuza sin miramientos sus miserias y desatinos, sus bajezas y
embustes, pero también sus grandezas y logros, especialmente en el terreno
artístico. Interpreta y disecciona el accionar del ser humano en su relación
con el poder y el de la sociedad como agente de movilización y de factor
decisivo en los cambios que el mundo ha experimentado en los últimos tiempos.
Su mirada escéptica, irónica y muchas veces corrosiva, desmitifica ciertos
estereotipos instalados en el inconsciente colectivo, dejándonos elementos
conceptuales valiosos para la comprensión y el entendimiento de la dinámica
social de este animal complejo que es el hombre.
Lima,
5 de agosto de 2019.
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