Finalizando la Feria del Libro de Guadalajara, se ha expuesto ante el público en el Instituto Cultural Cabañas de Guadalajara, la muestra que el año pasado pudimos ver en Lima, y cuyo recorrido motivó el siguiente artículo.
La exposición titulada “La libertad y la vida”, que se exhibe en la remozada Casa O’Higgins del Jirón de la Unión, en el Centro Histórico de Lima, es una muestra interesante sobre la vida y la obra de quien es, qué duda cabe, nuestro más importante escritor nacional y uno de los mayores del idioma castellano.
En catorce salas especialmente acondicionadas, se han desplegado materiales diversos que van desde fotografías, manuscritos, afiches y libros, hasta documentales, entrevistas, films y discursos en soporte audiovisual. Lo que primero sorprende al visitante es encontrarse en la primera sala con una cantidad de hojas manuscritas regadas por el piso, sujetas al mismo para evitar ser diseminadas por el leve soplo del caminante, o cogidas por algún curioso e incauto observador. Enseguida se puede apreciar la cronología del novelista, en sendos paneles acompañados por diapositivas con las imágenes respectivas de cada etapa de su vida. En medio de ambos –en una urna de vidrio- la máquina de escribir, valioso testigo, del infatigable escribidor.
En la siguiente sala se pueden ver, en formato mayor, las portadas de las principales obras de Mario Vargas Llosa, en ediciones de diferentes lenguas del mundo. Simultáneamente, una voz en off lee fragmentos de sus novelas en diversos idiomas, mientras en un pozo de cristal se puede seguir la lectura de las mismas en una especie de manantial circular. Los textos pasan y uno tiene la sensación de estar navegando por un mar de palabras.
En recintos aledaños se observan, en pantallas plasma de televisión, documentales sobre la trayectoria vital y literaria del escritor, y entrevistas que concedió a numerosos programas de televisión de distintos canales del mundo. En una oscura salita del fondo, una pequeña muestra de los libros del autor, ajados por el tiempo y por el uso.
Una selección de algunos libros leídos por el novelista, con anotaciones y comentarios al final de las páginas, constituye una delicia para la curiosidad literaria. Pude leer las apostillas, escritas a mano por Vargas Llosa, en libros como Los Buddenbroock de Thomas Mann, Los demonios de Dostoievski, La sociedad abierta de Karl Popper y Los siete ensayos de José Carlos Mariátegui, entre otros.
En el piso superior se encuentran las salas dedicadas al Vargas Llosa periodista, político, hombre de teatro y académico. Sus crónicas y reportajes escritos para los más importantes medios de prensa de América y Europa; sus columnas de opinión en la revista Caretas y el diario El País de España; sus textos de combate con ocasión de la campaña presidencial del año 1990; su temprana y nunca postergada incursión en el teatro, y ahora también en la actuación; sus discursos más memorables, como el que pronunciara el 24 de abril de 1995 cuando recibió el Premio Cervantes en Alcalá de Henares, la patria chica del autor del Quijote, y aquel otro con ocasión de su incorporación, como miembro de número, a la Real Academia de la Lengua Española, el 15 de enero de 1996.
Una sala donde se exhiben las películas basadas en algunas de sus novelas, y otra donde se evoca su relación con la selva, a partir de ciertos episodios y pasajes de sus obras de ficción, así como esa histórica fotografía en que se ve a Mario en la famosa chingana “La catedral”, escenario de la charla entre Ambrosio y Zavalita, de la novela Conversación en la catedral, completan el recorrido-homenaje.
En suma, una muestra indispensable para quién quiera adentrarse en el conocimiento de las distintas facetas de un personaje que ya ha conquistado un espacio descollante en la cultura peruana contemporánea, y que a nivel mundial es reconocido como uno de los intelectuales más influyentes y de mayor presencia por su brillo y por su talento.
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