Durante un semestre
académico el escritor peruano Mario Vargas Llosa sostuvo un diálogo con el
profesor de la Universidad de Princeton Rubén Gallo, con la participación de
los estudiantes en un curso sobre literatura y política, abordando diversos
temas que han sido las constantes de la obra literaria del Premio Nobel 2010.
El libro que recoge esa maravillosa experiencia, Conversación en Princeton (Alfaguara, 2017), posee la virtud de
hacer viajar al lector por algunos hitos de la producción bibliográfica de
quien es considerado, sin duda alguna, el escritor en lengua hispana más
influyente de la actualidad.
En la primera parte,
que trata sobre las teorías de la novela, se discute en relación a las formas
de narrar que se pusieron en boga en las primeras décadas del siglo XX,
destacando entre ellas el realismo socialista, el existencialismo de Sartre y
la propuesta del nouveau roman de
Robbe-Grillet. Confiesa el novelista peruano su primera fascinación por la
figura del escritor comprometido que encarnaba el filósofo francés,
decantándose en esa primera etapa por el compromiso político en la literatura,
así como por seguir las huellas de los experimentadores del teórico francés que
impuso una nueva manera de asumir el arte de narrar.
La relación entre
literatura y periodismo, dos actividades que el escritor ha sabido conjugar
magníficamente, es materia de la segunda parte. Desde que a los 15 años hiciera
sus primeras incursiones en las redacciones de los periódicos, publicando notas
de variada índole, artículos donde ya ejercitaba su innegable talento para la
escritura, hasta su consagración internacional como colaborador estrella de los
principales diarios del mundo. A través de su columna Piedra de toque, cuya
membresía posee el diario El País de
España, sus puntos de vista y opiniones sobre libros, arte y política pueden
leerse en todo el ámbito de la lengua.
El cuarto capítulo
está dedicado al análisis de Historia de
Mayta (1984), novela que recrea el levantamiento guerrillero fugaz de Jauja
en 1962. En ese verano, un puñado de ilusos y románticos estudiantes del
Colegio San José, comandados por el joven oficial de la policía Francisco
Vallejo, y bajo la guía ideológica del líder trotskista Mayta, con el ejemplo
reciente de la revolución cubana, deciden crear un foco sedicioso en las
alturas de la provincia, que es aplastado sin misericordia cuando un
contingente del ejército proveniente de Huancayo los alcanza y se traba un
desigual combate.
El quinto capítulo
aborda la novela ¿Quién mató a Palomino
Molero? (1986), una historia de corte policial basada también en un hecho
real. De la misma manera que en la anterior ficción la influencia de Faulkner
se deja sentir en el uso de la voz narrativa, en ésta se nota la presencia de
otro grande de las letras norteamericanas, Hemingway, a través del manejo sagaz
de los silencios, de aquello que el narrador elude para que sea el propio
lector quien termine el juego tácito de la construcción de las ficciones.
El sexto capítulo está
dedicado a El pez en el agua (1993),
la crónica de los años de su inmersión en la campaña política para la
presidencia de la República en 1990, alternada con el testimonio de los inicios
de su vocación literaria. La cruda experiencia en una actividad que, como
muchas lo ha dicho el propio novelista, recoge tanto lo mejor como lo peor del
ser humano, marcaría para siempre su vieja estirpe sartreana del artista como
oráculo y referente moral de la sociedad.
La séptima parte
desmenuza la otra gran novela de dictador que escribió Vargas Llosa: La fiesta del Chivo (2000). Una de las
pocas narraciones ambientadas fuera del Perú, y a donde el autor se trasladó
para documentarse, como hace siempre que va a escribir una ficción, transcurre
esta vez en la República Dominicana, ese país del Caribe que comparte con Haití
la isla que los conquistadores llamaron La Española. Cuenta, con una intensidad
pocas veces lograda en la literatura de este género, las hazañas descomunales
del horror y las miserias más escabrosas y sórdidas del régimen de Rafael
Leónidas Trujillo, el tirano que asoló ese país por más de tres décadas, hasta
acabar asesinado por una conspiración en las calles de Santo Domingo.
El libro se cierra con
un diálogo sobre la amenaza del terrorismo en el siglo XXI, contando para la ocasión
con la participación de Philippe Lançon, el periodista que resultó herido en el
ataque a la revista satírica francesa Charlie
Hebdó en enero de 2015 por un par de fanáticos terroristas islámicos, y que
dejó el trágico saldo de doce periodistas –entre dibujantes, caricaturistas y
diseñadores–, asesinados en esa fatídica mañana. Unas palabras de reflexión
sobre un tema delicado de nuestro tiempo que merece tomarse en cuenta para
afrontar el incierto futuro que nos espera.
Lima, 11 de enero de 2018.
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