sábado, 25 de noviembre de 2023

José Carlos, el cronista

En una era preinternet, antes de que el mundo estuviera conectado de manera instantánea como ahora, José Carlos Mariátegui escribió sabrosas crónicas internacionales ya estando de regreso en el Perú, después de una valiosa estadía y aprendizaje de cuatro años por Europa. Haciendo acopio del servicio cablegráfico de noticias, aquel que utilizaban todos los diarios del mundo para informar lo que sucedía en el planeta, el Amauta analizó y diseccionó la realidad del Viejo Mundo y del Oriente con la experiencia y el amplio dominio que poseía de la escena mundial.

Asombra y admira la sagacidad y agudeza con que se mueve por entre los sucesos y los personajes que hicieron la historia de esos continentes hace cien años. José Carlos escudriña la realidad internacional con una versación y puntillosidad insuperables. Nada escapa a su perspicaz mirada de cazurro observador de los vaivenes políticos de una época signada por la insurgencia del fascismo, la consolidación del comunismo en la Unión Soviética, el problema de las reparaciones de la posguerra, la dictadura de Primo de Rivera en España y también de los sucesos del lejano Oriente, como el conflicto ruso-chino y la lucha por la independencia de la India.

El ensayista peruano, muerto de manera prematura a los 36 años, publicaba sus crónicas en las revistas de entonces, como Variedades y Mundial. Tenía una sección, que titulaba “Lo que el cable no dice”, pues era consciente de que los servicios cablegráficos de las agencias de prensa daban un enfoque a las noticias con un sesgo ideológico definido. Todo ese conjunto de artículos periodísticos se publicó posteriormente en la colección de obras completas del autor, en tres volúmenes y bajo el título de Figuras y aspectos de la vida mundial. José Carlos se detiene en cada país para auscultar su devenir político, su práctica parlamentaria, la dinámica de los partidos y coaliciones luchando por el poder, lo mismo si es Alemania o Francia, Suiza o Grecia. Casi ningún país europeo está ausente de sus lúcidos análisis.

Los artículos van desde el año 1923 cuando, como decía líneas arriba, el Amauta regresa de su periplo europeo al Perú, habiendo desposado, como afirmaba en algún texto autobiográfico, una mujer y algunas ideas, hasta marzo de 1930, semanas previas a su deceso en abril de aquel año. Fue fecunda la estadía en el Viejo Mundo de este hombre dotado de una curiosidad infinita, dueño de una mente preclara que le permitía abarcar con gran clarividencia la menuda marcha de un continente que venía de atravesar por un conflicto bélico que lo había dejado devastado. También están los asuntos económicos y sociales, por supuesto, pero supeditados a la constante de los forcejeos políticos que hacen la vida de todo país moderno.

Premunido de una ideología y una fe, sus apuntes sobre la confrontación entre capitalismo y socialismo en el panorama mundial no lo distraen de los particularismos que subyacen en cada movimiento que, bajo la bandera de una lucha ideológica, pueden esconder intereses contradictorios, que conspiran a la larga contra la propia dirección de su mandato doctrinario, como es el caso de los partidos socialistas europeos, arropados muchos de ellos de prácticas reformistas, concesivas y abiertamente contemplativas frente al avance de la extrema derecha. Los tiempos siguientes le darían la razón, cuando el fascismo y su encarnación alemana, el nazismo, tomarían la dirección de una Europa que desembocaría pocos años después en una de las conflagraciones más fatídicas del siglo XX.

Con una prosa transparente, periodística en el mejor sentido del término, pues yo creo también que el periodismo es uno de los modernos géneros literarios, Mariátegui va desgranando ante nuestros perplejos ojos, todo un paisaje que el mundo vivía hace exactamente un siglo y que, según constan en los sucesos de estos días, parece que volviera como en un reflujo cíclico, como es el caso, por ejemplo, del resurgir de los partidos de ultraderecha que vienen alcanzando el gobierno en varios países de Europa y América.

Una relectura que, en estas semanas, ha sido gratificante y enriquecedora como siempre.


Lima, 24 de noviembre de 2023.   

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