sábado, 30 de agosto de 2014

Historia de un aeropuerto



     El libro Aeropuerto Francisco Carlé de Jauja. Aportes y documentos para su historia (Soluciones Gráficas SAC, 2013), del joven historiador jaujino Carlos H. Hurtado Ames, relata la gesta colectiva de una comunidad en pos de un objetivo común: la construcción de un campo de aterrizaje para la provincia y la región del centro del país. Un caro anhelo de la ciudadanía jaujina había sido durante mucho tiempo contar con una vía de conexión moderna con la capital y con otros destinos nacionales, sueño que se pudo cristalizar merced al denuedo y al tesón que mostraron todos sus miembros, que a semejanza de la legendaria historia de Fuenteovejuna, se unieron para un noble fin y lo sacaron adelante a pesar de todos los obstáculos que tuvieron que sortear en el camino.
     El autor se ha sumergido en diversas fuentes históricas para este notable trabajo de investigación. El primero de ellos es el diario El Porvenir de Jauja, que día a día informaba del proceso de nacimiento y consolidación del aeropuerto, como se señala en la introducción; asimismo en los documentos de la época, muchos de ellos inéditos, que iban hilvanando la trama de esta magnífica jornada comunitaria. Igualmente, en discursos, cartas, ensayos y otros valiosos textos que ha logrado pesquisar en diversos archivos de la ciudad de Jauja.
     Inaugurado el 27 de septiembre de 1949; donado luego al Estado peruano en 1955, en un insólito gesto de desprendimiento popular, el aeropuerto jaujino es el personaje central de este recuento histórico que va hasta las heroicas jornadas del 29 y 30 de agosto de 2012, cuando el pueblo se levantó como un solo hombre para hacer valer sus derechos ante un gobierno indiferente a su destino y ante una autoridad regional que con prepotencia y malas artes quiso imponer su capricho sólo por satisfacer su retorcido ego. Relato que cubre un arco de más de medio siglo, que ejemplariza el pundonor y la entrega sin orillas de una población en defensa de sus sueños de progreso y desarrollo para todos.
     Los orígenes de esta gesta están asociados, según las investigaciones de Hurtado Ames, a dos militares del ejército peruano que, en agradecimiento por la cura, obtenida en la ciudad de Jauja, de la enfermedad de la tuberculosis, habrían sugerido al Padre Francisco Carlé, párroco de la provincia, la construcción de un aeropuerto. Otros personajes, no menos importantes, estuvieron también ligados a los inicios del campo de aterrizaje, entre ellos los más importantes fueron el Dr. Elías García Frías, director del Sanatorio Olavegoya y el Dr. Virgilio Reyes, Alcalde del Municipio.
     Pero quien indudablemente fue el auténtico protagonista de esta maravillosa gesta fue el pueblo de Jauja, merced al concurso desinteresado de sus distritos, sus comunidades y sus barrios, así como de las asociaciones de jaujinos residentes en la provincia y en la capital; los hombres y las mujeres que prestaron sus brazos y su esfuerzo para levantar en tiempo récord esta magnífica obra que serviría al desarrollo y el progreso de la región y del país. Por eso es que, cuando los hechos que amenazan su significancia se precipitan con motivo de los descabellados proyectos del presidente regional de construir un nuevo aeropuerto en Huancayo u Orcotuna, la población en  pleno se yergue imbatible para defender no sólo un campo de aterrizaje, sino un símbolo de su identidad colectiva.
     Las trágicas secuelas de las multitudinarias manifestaciones, que se sellarían con la muerte de un poblador, al parecer arrojado al río Mantaro por la policía enviada para reprimirlas, hicieron retroceder al gobierno central en su afán de convocar a concurso la construcción de un aeropuerto internacional en la región, aun habiendo un documento legal que facultaba la terminación y consolidación del ya existente aeropuerto en la pampa de Maquinhuayo. Un verdadero absurdo político administrativo que, sin embargo, muchos de los medios de comunicación y algunos periodistas de diarios limeños  no entendieron, como puede colegirse del análisis de dos columnas de opinión publicadas el 2 de septiembre de 2012 en el diario La República de Lima, pertenecientes a Augusto Álvarez Rodrich y Rosa María Palacios, citados en el libro materia de este artículo.
     En ambos, que puede servir de ejemplo de lo que una visión centralista y desinformada ha significado en nuestra historia nacional, se puede apreciar el total desconocimiento que muestran los periodistas de lo que realmente estaba sucediendo en el Valle del Mantaro. Álvarez cree ver un retroceso en aquello que simplemente es una vuelta a la cordura, pues era evidente que no podía llevarse ningún estudio para un aeropuerto en Junín cuando ya estaba el de Jauja; mientras que Palacios llega a deslizar la hipótesis de que quien habría estado detrás de los sucesos sería nada menos que César Cataño, un oscuro empresario de la aviación comercial relacionado al narcotráfico; algo totalmente falso, desmentido por los hechos, por la población jaujina y por el propio personaje.
     En la segunda parte reúne un conjunto disímil de crónicas, ensayos y poemas alrededor del tema del aeropuerto jaujino, donde destacan el discurso del profesor y escritor Pedro S. Monge sobre la inauguración de dicho campo de aterrizaje y una semblanza de Jauja Tambo del poeta y pintor Ernesto Bonilla del Valle. Y en la tercera parte se agrupan una serie de documentos, como las transcripciones de las notas que el diario El Porvenir publicaba a propósito de la inauguración del mencionado terminal aéreo y otros sucesos relacionados a  ello; asimismo las cartas que se han podido hallar del archivo del Padre Francisco Carlé, dirigidas a diversas autoridades, donde muestra su preocupación e interés por el destino de la obra que él coadyuvó a forjar.
     En su reciente Mensaje a la Nación por el 28 de julio, el presidente Humala anunció la adjudicación de un grupo de aeropuertos del país, entre los que figura el de la ciudad de Jauja, obra que debe concretizarse de una vez por todas en vísperas de cumplirse los 65 años de su inauguración, y en aras de una interconexión ágil y moderna que saque a nuestros pueblos de la postración y el olvido en que se encuentran. El libro de Hurtado Ames también apunta a lo mismo, motivo por el que debe conocerse la historia que narra a través de la lectura de esta publicación imprescindible para todo ciudadano de la provincia.

Lima, 16 de agosto de 2014.     

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