sábado, 4 de febrero de 2023

El hermano Miguel

 

La impredecible confabulación del azar me llevó a conocer a una persona que yo no imaginaba poder acceder, a pesar de mis intereses ligados a aspectos de la historia, tanto del Perú como del mundo. Sucede que hace como cuarenta años tuve la oportunidad de leer una novela que recrea un acontecimiento muy poco conocido a nivel nacional y que surgió en la ciudad donde nací: Jauja. La obra pertenece al afamado escritor peruano Mario Vargas Llosa y lleva por título Historia de Mayta (1984), donde narra la insurgencia de un movimiento guerrillero en la década del sesenta del siglo pasado, el primero que aparece en el país, en una época signada por la efervescencia creada por la reciente y triunfante revolución cubana. Unos años antes, estando aún en el colegio, el profesor nos sugirió leer Huajaco, un relato novelado de los mismos hechos, escrito por el autor jaujino César Núñez Arroyo.

Bueno pues, dicha persona es nada menos que el hermano del líder de aquella jornada revolucionaria, quien también fue partícipe de las acciones que se sucedieron y testigo por ello de primera mano de un acontecimiento clave para entender el proceso político de la segunda mitad del siglo XX en el Perú y en América Latina. Llegué a él por intermedio de mi cuñado Jorge, presidente de la Promoción 82 del Colegio San José de Jauja, que un día me comentó que había localizado a tan interesante personaje y me invitó para visitarlo y poder charlar sobre aquellos y otros sucesos. Su nombre es Miguel Vallejo Vidal, hermano del jefe de la cárcel de Jauja al momento de los hechos, el subteniente Francisco Vallejo Vidal.

La charla fue muy amena, enfocada principalmente en los hechos de hace sesenta años. El amigo Miguel nos comentó que tenía preparado un libro sobre el tema, que nos pasó a obsequiar, con la dedicatoria correspondiente. Su título, «La verdadera historia de Mayta», parafrasea la conocida novela del Nobel, y permanece inédita. No es una novela, sino un testimonio de parte, el relato de alguien que ha sido también protagonista de aquella revuelta estudiantil que sobresaltó la apacible ciudad andina ese 29 de mayo de 1962. Según el relato, fueron 16 los integrantes del grupo conformado para la ocasión, de los cuales 5 eran alumnos del Colegio San José de Jauja, más el sindicalista Jacinto Rentería, el comunero Vicente Mayta y otros jóvenes convocados por Vallejo en sus viajes entre Lima y Jauja.

Lo sorprendente fue enterarnos de la edad de Miguel al momento del levantamiento, pues sólo frisaba los 16 años cuando decidió secundar la aventura guerrillera de su hermano, quien con sus 21 años ya demostraba una clara decisión en sus acciones. El hermano Miguel era estudiante del quinto año de secundaria del colegio Andrés Rázuri de Chorrillos, y se embarcó desde la capital sin el conocimiento de sus padres, pues era alumno interno del centro escolar y estaba convencido de la prédica revolucionaria de Francisco.

La narración es envolvente y se lee de un tirón. Cada detalle está descrito con mucha precisión, propio de alguien que sabe lo que dice, pues todo lo que cuenta lo ha visto con sus propios ojos, lo ha vivido en carne propia. Eso lo hace un testimonio de un valor inestimable. Después de algunos prolegómenos de índole familiar, comienza el relato del acontecimiento desde la fase de su preparación hasta el luctuoso final, pasando por las acciones centrales y los episodios puntuales que desencadenaron la toma de la comisaría y el puesto de línea, el asalto a los bancos Regional e Internacional, el corte de las líneas de telefonía y telégrafos y la fuga hacia las alturas de Quero. Enseguida vendría la persecución de un contingente importante de efectivos policiales llegados de Huancayo, el cerco en las estribaciones andinas, la muerte de Francisco, alcanzado en la cabeza por los tiros de los uniformados, y la de Mayta, desangrado por una herida que le ocasionó una bala en la pierna.

Fue, como lo reconoce Miguel, una aventura juvenil, una locura adolescente que fue acicateada por el entusiasmo virginal e inocente de un subteniente de policía poseído por fuertes ideales de igualdad y de justicia social. Confiado en que los campesinos y comuneros de los pueblos de las zonas rurales de Jauja se sumarían a su proyecto revolucionario, se embarcó en una empresa totalmente demencial que acabó como tenía que acabar, algo que no tenía pies ni cabeza. Dejando de lado los sentimientos y aspiraciones de este oficial, cuya generosidad y voluntad de cambio eran indiscutibles, el movimiento estaba condenado al fracaso por su falta de preparación ideológica y logística, por sus carencias notables en cuanto a conexión con las bases de apoyo y a una red de estrategias y métodos para desencadenar un proceso de transformación de las condiciones de poder establecidas.

Con este serían tres los libros -como ya queda mencionado- que se dedican a narrar, desde diversas perspectivas y con distintas intenciones, el levantamiento guerrillero de Jauja. El primero fue Huajaco, de César Núñez Arroyo, aparecido en 1978; el segundo, Historia de Mayta, de Mario Vargas Llosa, de 1984; y, ahora, el tercero, La verdadera historia de Mayta, de Miguel Ángel Vallejo, escrita hace algunos años y todavía sin publicar. El lector puede tener una idea cabal de los acontecimientos leyendo cada uno de ellos, pues aparte de que son, respectivamente, un relato novelado, una novela y un testimonio, y marcan sus diferencias en cuanto a ciertos detalles muy puntuales, sirven todos para comprender un fenómeno político social de notable envergadura dentro del panorama de los movimientos revolucionarios del Perú y de América Latina.

 

Lima, 16 de enero de 2023.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario